Mi pequeño relato de un instante especial compartido.
Un asiento sobre un fondo blanco.
Un objetivo que te mira y espera lo mejor de ti.
Tragas saliva, titubeas. ¿Que hago, sonrío? No. Mejor salgo seri@.
El dedo índice presiona suavemente aquel disparador, y la luz del flash destella ante ti.
Te levantas, observas tu imagen, y respiras tranquil@, como aliviad@.
Afortunadamente has salido bien.
Sonríes, das tu aprobación, y el proceso se pone en marcha.
Mientras esperas, observas las distintas fotografías que parecen contemplarte.
Son personas desconocidas con expresiones muy diferentes (murmura tu pensamiento).
Intentas reconocer a alguien entre todas esas secuencias de vida. Te pica la curiosidad por un parecido posible con alguien que conoces.
Incluso llegas a comparar entre pose y pose, cual de todas ellas te gusta más.
El tiempo de procesado transcurre lentamente, tus fotos de carné rodead@ de tanta vida e ilusiones de papel a tu alrededor, parece que se hacen de rogar.
Por fin; y después de "tres larguísimos minutos"; sales con las fotos más recientes de tu vida, aún "calientes" en tus manos.
Te alejas poco a poco del estudio fotográfico al que siempre ofreciste tu confianza; y haciendo un pequeño alto en la acera, antes de guardarlas en tu bolsillo; las disfrutas nuevamente, diciéndote complacid@...
¡Que bien he vuelto a salir una vez más!
No se trata de ser fotogénic@, se trata de sentirte bien contigo mism@, y llegar a confiar en esa persona que sepa reconocer la belleza en cada uno de los rasgos personales que hay en ti.
@Naif
¿Te lo pensarás?
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