¿Solemos llevarnos bien con aquellos que piensan de forma diferente?
¿Nos alegramos realmente del éxito de los demás?
¿Somos sinceros a la hora de opinar sobre temas personales sin pretender quedar bien en cada momento?
¿Sabemos guardar un secreto sin utilizarlo como moneda de cambio, a cambio de otro gran secreto?
¿Creemos de verdad que podemos hacer algo destacado en nuestras vidas, sin llegar a sentir la necesidad de contarlo a los cuatro vientos?
¿Empleamos las palabras adecuadas en momentos inadecuados, y luego, nos sentimos mal por ello?
¿Reconocemos un error sin intentar explicarnos cien veces, para después disculparnos en voz baja?
¿Hablamos de las imprudencias de tráfico que nos rodean, como si la cosa no fuera con nosotros?
¿Respetamos el derecho al descanso de nuestros vecinos, cumpliendo con las normas establecidas para una buena convivencia social?
¿Intentamos ser justos a la hora de aparcar sin calcular las distancias a golpe de oído, como referencia infalible del buen aparcamiento?
¿Somos conscientes cuando colgamos el brazo izquierdo por la ventanilla como muestra de nuestro dominio al volante, que estamos dejando en desventaja la seguridad de otros conductores?
¿Respetamos las colas y turnos con elegancia y demostramos tener paciencia con naturalidad?
¿Reconocemos las derrotas con decoro y sabemos comportarnos cordialmente a la hora de celebrar las victorias?
¿Somos animales de costumbre a la hora de elegir nuestras formas de vida, programas informativos, y medios audiovisuales a los que rendimos devoción, sin dar opciones a otras posibilidades?
¿Realmente somos lo que comemos, o comemos como somos?
¿Confiamos ciegamente en la destreza laboral de aquellos que nos atienden dentro de cada especialidad o profesión?
¿Creemos por inercia que la educación de nuestros hijos de cara a sus vidas, es tarea que corresponde a maestros y profesores?
¿Somos conscientes que hay personas mayores en los transportes públicos que necesitan el asiento que ocupamos, mucho más que nosotros?
¿Nos sentimos mal cuando recibimos favores gracias a influencias de cierto tipo, y por encima de los derechos de otros, faltamos a las reglas establecidas y el orden, que cumplen y respetan los demás?
¿Somos de los que nunca tiramos nada al suelo y reprochamos a gritos que siempre son otros los que se encargan de hacerlo?
¿Recogemos todo lo que nuestros perros desde su inocencia canina, depositan en paseos, parques, y aceras ciudadanas, cuando no hay nadie que nos observe capaz de recriminar nuestra acción?
¿Somos más tardíos que de costumbre para ver de levantarnos en nuestros aperitivos de terraza, cuando otros esperan impacientes nuestra mesa, y apuramos al máximo por el simple hecho de fastidiar, nuestros temas de conversación?
¿Nos gusta llegar tarde a las citas como sana costumbre, para que aquellos que nos esperan sepan realmente como somos en uno de nuestros defectos puntuales?
¿Sabemos reconocer lo importante que resulta valorar el trabajo ajeno cuando lo vale, y pasamos de hacerlo como si fuera algo innecesario, exento de reconocimiento?
¿Agradecemos suficientemente los cuidados y el esfuerzo que otros hacen por nosotros desde su vínculo familiar y sentimiento, dando por hecho que solo se trata de una obligación que les corresponde, y que a todos nos pertenece por derecho?
¿Somos realmente comprensivos y respetuosos con las ilusiones de la gente que nos rodea, al pensar que las nuestras son diferentes y gozan de protagonismo a lo largo del tiempo?
¿Acaso nos hemos propuesto cambiar de verdad, todas las veces que aquellos que nos quieren, nos han dicho sentirse decepcionados de nosotros?
¿Cuantas veces hemos fracasado siendo nuestra culpa, y luego hemos mirado hacia otro lado, buscando mayores culpables que nosotros?
¿Somos igualmente de solidarios en nuestros gestos públicos, como en aquellos que aparecen reflejados frente al espejo, junto a la silenciosa soledad de nuestros pensamientos?
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"Las preguntas nunca son simples. Es incluso cuando parecen simples, cuando son a veces más complicadas"
Estas. Tan siquiera aspiran a respuesta alguna, pequeña sonrisa, o aprobación por vuestra parte.
Solo agradecen vuestro tiempo al leerlas. Y tal vez... "Una pequeña y compartida consideración"
No importa quienes somos, sino como somos. A la hora de compartir la vida con los demás.
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