domingo, 14 de julio de 2013

elevarás tu voz para hacerte oír, pero tendrás que esperar a la vida como todos



Siempre que nos sentamos en torno a una mesa rodeada de conocidos, familiares, o amigos. Cada cual intenta  exponer  la vida de una forma diferente. Y las cosas que deberían  cambiarse, para poderla mejorar.

¿Y sabéis qué?

Después de cada reunión.
Todos acabamos creyendo haber obtenido nuestra "victoria moral" sobre la razón, al pensar que nuestras ideas fueron bien entendidas por mal escuchadas. Sin haber alcanzado a comprender, que entre palabras altisonantes que se cruzaban, y distracciones con la conversación de al lado.
Nadie nos supo escuchar con la suficiente atención.
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Resumiendo:

El problema de lo que consideramos correcto, y repetidas veces, no compartido por los demás.
Es qué. 
El hecho de ver discutidas nuestras convicciones  por otras palabras convincentes, que a menudo resuenan entre nuestras, "absolutas certezas". 
Produce un pequeño escalofrío en nuestra mente. 
Que ni la mejor almohada. Al examinar nuestros pensamientos cada noche.
Consigue hacértelo olvidar.
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Por fin.

Con el momento del primer sueño, y bajo tus pestañas vencidas.
Cualquier atisbo de reconocimiento, sombra de duda, o humilde consideración.
Se desvanecerán lentamente en la oscuridad de tus ojos. 
Teniendo que aguardar para seguir convenciendo al mundo.

 Hasta la llegada de tu siguiente mañana. .




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Conclusión: 

 La forma de la razón en cualquier tiempo presente, es una asignatura a la que nos enfrentamos cada día, reclamando un derecho que solo nos es concedido.

Cuando la vida decide creernos, mostrando a los demás con sus realidades.

 El sentir de nuestra voz.

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