Las voces que antes se compartían alegres e ilusionadas por todas partes, ahora sólo intercambian palabras, tecleando a través de sus dedos.
Que las miradas de la gente se agazapan tras el silencio de unos auriculares que emiten melodías seleccionadas, escondiéndose a menudo, del mundo exterior que les rodea.
Que las normas solo las cumplen capítulo a capítulo, los mismos actores y actrices disciplinad@s de siempre, cargando constantemente con la irresponsabilidad de un libre albedrío mal entendido, practicado por aquell@s que nunca se sonrojan por nada, parapetados tras la fidelidad a sus colores.
Que queda sobradamente demostrado, que a los semáforos siempre suelen respetarlos los mismos, y ya dejaron de cumplir con su función, de una misma forma para todos.
Que los colegios concertados que desproveen de otras ayudas necesarias a los públicos, cada vez nos desconciertan más con su sistema de "matriculas selectas y seleccionadas".
Que los amigos de sus amigos siempre son bienvenidos, cuando se trata de dar el salto sin estar a la altura de unas obligadas oposiciones, que otros terminan acatando con resignación y duro esfuerzo, con mejor o peor suerte.
Que después de muchos años descubrimos que, lo de "hacienda somos todos", ya solo forma parte de uno de esos sueños para privilegiados, que nunca se cumplió para todos por igual.
Que las prisas y los temores fundados, por ese futuro a alto precio, suelen ser el denominador común de un juego muy divertido, para aquellos que mueven los hilos de una supuesta justicia que tan a menudo nos maneja.
Que durante veinticuatro horas seguidas, las radios y las televisiones no cesan de emitir sus programas a la carta, ajustando, a sus determinados gustos culinarios, el sabor habitual de sus mensajes, para agitación o adormecimiento, de nuestra inquieta e inconformista, o nuestra abnegada y sumisa digestión .
Pronta despierta la rutina que nos abraza pidiéndonos calma, y se deja ver a nuestro lado sin llegar a comprendernos del todo.
Rara es la burla constante que nos acecha dentro de nuestra condición humana, y nos sorprende día a día con tantas cosas deseadas o contratiempos no queridos, y nos hacen abrir los ojos como platos ante la nueva ilusión que nos eleva; o la maldita preocupación que nos mantiene firmes sobre el suelo.
Fácil de recibir, y duro de acatar, el bien o el mal que nos llegan. Provocando y disfrutando de nuestra dicha; o aprendiendo a soportar el grado de nuestras contrariedades, junto al aroma de un caliente café con leche, y esas tostadas que lo acompañan. Mientras seguimos inmersos en pruebas de vida constantes, y conductas aparentes. O reconociendo, esas crudas realidades que a menudo nos hacen carcajearnos de nosotr@s mism@s. Hasta alcanzar el momento de llegar a vencer, con divertidas historias muy visibles; o en ocasiones camufladas. Nuestra dulce y maravillosa suerte. O la aburrida y tediosa cotidianidad que nos atrapa.
Entre grandes suspiros de agradecimiento, o pequeños soplos de emoción con sus renacidas esperanzas.
Mientras disfrutamos, o seguimos buscando. Esa llamada, y deseada felicidad.
Que sin lugar a dudas.
A todos y todas nos pertenece.
---------------------
Por momentos, tengo la impresión de que la vida, es una competición de intercambios constantes entre nuestros distintos estados de ánimo, y nuestro sentido del humor.
Representados a diario, y según "ganen o pierdan", en una particular y personal carrera de gestos.
Por unos enfadados o llorosos...
O simpáticos y alegres emoticones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario